La cosecha de cogollos se empieza a realizar a partir de los tres años en lugares de altas temperaturas y a partir del cuarto año en las zonas altas o frías. Recomiendan los agricultores tradicionales de iraca cortar un cogollo en las primeras colectas, porque la hoja es la vida de la planta, conceptualizando los procesos fisiológicos de las plántulas para mantener el crecimiento y desarrollo de la palma de iraca. El área sembrado sigue macollando y partir del séptimo año de sembrado, es factible cortar de tres a cuatro cogollos por sitio.
Las labores desarrolladas en la cosecha de los cogollos de iraca es un trabajo especializado, en parcelas grandes se contrata dos corteros, un recibidor, otro labriego que cuenta, amarra y transporta. El cortero con su experiencia seleccionan cogollos largos, que corresponde a la hoja sin abrir, con su machete corto, de unos 30 cm, corta el peciolo de color verde, le deja el coto (peciolo); el cual sirve para manipular y facilitar el amarrado y posteriores actividades en el taller de procesamiento, agrupa hasta 25 pares en su hombro y luego entrega al que cumple la función de recibidor. El recibidor, se dirige con parte de la cosecha hasta la zona de acopio. Otro labriego cuenta las unidades para formar los mazos (50 pares de cogollo de iraca) y amarrar con los palmiches de 2 a 3 mazos por guango. Finalmente, cargar al hombro o a caballo y trasportar a la vía principal para entregar al trasportista en horas de la tarde, para llevar al taller artesanal de la localidad.
Los
cogollos colectados son verdes oscuro, en el ápice en invierno se cubre de un
mucilago que le sirve de protección contra los rayos solares, miden en promedio
78 cm de fibra aprovechable y 18 cm de peciolo (coto), longitud variable de
acuerdo a las condiciones agrícolas, naturaleza del suelo y climáticas. Siempre
el cortero deja hojas sin abrir para que siga su proceso natural y favorecer la
productividad y sostenibilidad. El grupo especializado de trabajo colecta
hasta 45 mazos de palma de iraca por día. Una hectárea produce aproximadamente
25 mazos de paja por cosecha.
Tradicionalmente los agricultores de iraca cosechan cada cuatro semanas, obteniendo 13 cosechas al año. Recomiendan realizar la colecta cada 5 semanas en los cultivos de la parte alta. Esta zona es fría, menos rayos solares y por ende es más lento el crecimiento y desarrollo del cogollo, de esta manera mejorar la calidad de la fibra. Los días de cosecha lo realizan entre viernes y sábado para vender los mazos de paja a los artesanos de las veredas Poroto, Dos Quebradas, La Mina, La Laguna, Nachao y Llanogrande. En los talleres inician la trasformación el día lunes, con el objetivo de tener los cogollos suaves, blancos o habanos para continuar la venta en la localidad linareña y el día sábado comercializar en el Municipio de Sandoná, que es el principal destino de comercialización de fibra de iraca. Los agricultores relatan que antes hacían todas las labores productivas de la iraca desde la siembra hasta la trasformación a fibra seca, elaboración de escobas, tejer sombrero y comercialización. Hoy en día, muy pocos agricultores trabajan en los talleres artesanales y producción agrícola de paja toquilla.
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